jueves, 29 de julio de 2010

LA COLONIA LIBRE

La colonia de vacaciones “Tiempo Libre” pertenece al Sindicato de Periodistas de Rosario. Allí los hijos de los trabajadores de prensa tienen un espacio donde pueden transitar momentos libres o pasar las vacaciones mismas. Valeria es una de las chicas que disfruta de esta colonia, con sus joviales 18 años participa de campeonatos de natación, aunque apenas pueda dar pie en la mitad de la misma. En la pileta que hay en la colonia ella entrena y de paso junta amigos. La colonia cuenta con instalaciones dignas como para que todas las familias puedan disfrutar de momentos de alegría y compartir vivencias, los campos son extensos, la arboleda abundante, los quinchos para los asados juntan mucha gente y las piletas de natación parecen ser el refugio más buscado por todos, en sus interiores las instalaciones también resultan confortables, las salas de juegos se distribuyen equitativamente y no dan lugar al aburrimiento en los lluviosos días, además aquí los que concurren a ella pueden disfrutar de múltiples actividades: de variados juegos y de otras actividades recreativas con charlas temáticas para el aprendizaje.

Valeria es hija de un periodista del Multimedio Uno, su padre trabaja para el Diario La Capital hace más de 15 años, ella se ha criado en un ambiente donde la sinceridad, la dignidad y la defensa de los principios son el “leitmotiv” familiar. Cada verano Valeria despide a sus compañeros de colegio para darle la bienvenida al descanso y la participación en su vida la Colonia del Sindicato. En ella pasa las tardes practicando los distintos estilos que la natación ofrece. Además de nadar, Valeria comparte con un gran número de chicas y chicos tardes soleadas, meriendas abundantes y amores de verano, que al finalizar el trimestre quedan en el olvido, así como también discusiones que se extienden hasta el anochecer a cerca del trabajo realizado por sus padres.

En Tiempo Libre las actividades están coordinadas por un profesor de Educación Física, quien pone todo su esfuerzo, capacidad y paciencia al servicio de los concurrentes. Una tarde el profesor reunió, por edades, a los chicos y les propuso hacer una actividad, una prueba de destreza donde formados en grupo de 3 tendrían que pasar una serie de obstáculos, recorrer un circuito y luego volver y pasarle la posta al compañero que seguía en la cola; cuando el profesor hubo acabado de explicar con el dedo índice el recorrido Valeria observó que en el piso se posaba un grupo de 6 cubiertas de auto, busco dentro de su mente donde había visto esta misma imagen y cuando encontró la respuesta se dirigió al profesor preguntando “¿Profesor cuando llegamos al sector de las gomas tenemos que prenderlas fuego?”, el profesor observó detenidamente a Valeria y esperó la sonrisa que no tardó en dibujarse en su cara, confirmando el tinte jocoso de la pregunta.

Valeria, al igual que toda la familia, ha participado siempre de los distintos momentos en la vida laboral de su padre, en los tiempos de alegría y fulgor ha estado presente pero también los malos tragos laborales de su progenitor fueron parte de su crecimiento.

La pregunta de Valeria aunque inocente y chistosa no dejaba de tener reminiscencias de protesta, sabía ella en su interior, y sus compañeros también lo sabían, que el quemar cubiertas de auto se ligaba íntimamente con el trabajo de su padre, o con la falta de él. Un ejemplo que localizó rápidamente, aunque vago en su memoria, fue el del año 2000 cuando con apenas con 8 años ya había vivido una protesta de los trabajadores de medios, en esa oportunidad ella no llegaba a comprender con precisión el motivo por el cual tanta gente se reunía en la calle.

En los momentos de crisis ella asume una postura firme y comprometida en defensa de los intereses de los trabajadores, cree que la mejor manera de defender el puesto laboral es a través de la protesta y la unión de fuerzas, siempre dice que esa es una de las mayores enseñanzas que su familia le ha transmitido, sus lecturas recreativas han influido en su postura y eso, agrega, también es un “legado familiar”.

Cuando el verano concluye Valeria abandona casi por completo la colonia del sindicato, sólo participa de algunos cumpleaños que algunos de sus compañeros puede festejar en ella, o de circunstanciales reuniones a las que su familia asiste; sus entrenamientos de natación se trasladan a algún club con piletas cerradas y las amistades se renuevan al igual que sus noviazgos transitorios; lo que ella no abandona es su constante preocupación y conocimiento a cerca de las circunstancias laborales en las que se encuentra su padre y el resto de los trabajadores mostrando, como pocas personas a esa edad, una gran conciencia.

Nicolás Parada Bengoa

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