viernes, 30 de julio de 2010

CONFLICTO SIN PRENSA

La crónica podría comenzar por el final, los 26 trabajadores del Multimedio Uno recuperaron sus puestos de trabajo luego de extensas horas de espera e incertidumbre. El martes 30 de Marzo los popes del Multimedio Uno, hicieron circular la información que luego se haría efectiva, 26 trabajadores serían apartados de sus trabajos casi sin aviso previo y a causa de una supuesta “reestructuración” en los 3 medios que el grupo posee en Rosario (La Capital, LT3 y LT8).

Algunos de los periodistas sostienen que los problemas tienen su génesis en 2009 cuando la empresa le negó un aumento salarial a los trabajadores, luego les quitó la posibilidad de recibir ediciones gratuitas de La Capital, que ellos mismos producían y más tarde, como gota de rebalse, en diciembre de ese año llegó a la ciudad como gerente de Recursos Humanos en el diario Fernando Valle (mano derecha de los Jefes).

Luego de una semana de movilizaciones y protestas, ante la fuerte presencia del Sindicato de Prensa de Rosario y con el apoyo de toda la sociedad rosarina y nacional, el Grupo Uno tuvo que retroceder en su intención de echar a 26 trabajadores y acató la conciliación obligatoria el día 7 de Abril, lo que hizo que los trabajadores pudiesen volver a sus puestos.

“Recuerdo que estábamos en la vereda del diario cuando nos vinieron a decir que había una posible solución” recuerda con una mueca/sonrisa Alfredo Montenegro (trabajador del diario), “las causas se conjugaron, por un lado el grupo ante la nueva ley de medios iba a tener que deshacerse de algunos medios lo cual los perjudicaba y además reducir personal, echar a gente de la 8 y que los periodistas de la 3 cubriesen esos puestos”, “en el diario también comenzaron las presiones para que la gente se fuera, hubo intento de retiros voluntarios donde los llamaban y les ofrecían plata a cambio de irse sin hacer lío”. “Siempre quisieron que hiciésemos lo que nos pedis y no aceptaban opiniones propias". “Lo importante es que mantuvimos una unidad que nos permitió resistir, y en esto fue fundamental el apoyo de la familia, "nuestros hijos cuando ven una goma no saben si es para quemarla o para que sirve".

La descompresión del conflicto comenzó el día 7 cuando el Ministro Tomada citó a la primera reunión entre los cinco sindicatos en conflicto y la empresa, ante esta novedad el secretario general del Sindicato de Prensa, Edgardo Carmona agradeció "a todos y cada uno de los trabajadores" por la actitud "decidida, los trabajadores realizaron un acto frente al diario La Capital a modo de festejo, donde los trabajadores expresaron sus agradecimientos con la sociedad rosarina. Marcelo Nosetti (periodista de LT8) dejó en claro que tanto las radios como los diarios “se hacen con trabajadores, sino no se hacen” y agregó que esto que pasó es “una enseñanza para todos, de amor y solidaridad”.

Nicolás Parada Bengoa





























jueves, 29 de julio de 2010

LA COLONIA LIBRE

La colonia de vacaciones “Tiempo Libre” pertenece al Sindicato de Periodistas de Rosario. Allí los hijos de los trabajadores de prensa tienen un espacio donde pueden transitar momentos libres o pasar las vacaciones mismas. Valeria es una de las chicas que disfruta de esta colonia, con sus joviales 18 años participa de campeonatos de natación, aunque apenas pueda dar pie en la mitad de la misma. En la pileta que hay en la colonia ella entrena y de paso junta amigos. La colonia cuenta con instalaciones dignas como para que todas las familias puedan disfrutar de momentos de alegría y compartir vivencias, los campos son extensos, la arboleda abundante, los quinchos para los asados juntan mucha gente y las piletas de natación parecen ser el refugio más buscado por todos, en sus interiores las instalaciones también resultan confortables, las salas de juegos se distribuyen equitativamente y no dan lugar al aburrimiento en los lluviosos días, además aquí los que concurren a ella pueden disfrutar de múltiples actividades: de variados juegos y de otras actividades recreativas con charlas temáticas para el aprendizaje.

Valeria es hija de un periodista del Multimedio Uno, su padre trabaja para el Diario La Capital hace más de 15 años, ella se ha criado en un ambiente donde la sinceridad, la dignidad y la defensa de los principios son el “leitmotiv” familiar. Cada verano Valeria despide a sus compañeros de colegio para darle la bienvenida al descanso y la participación en su vida la Colonia del Sindicato. En ella pasa las tardes practicando los distintos estilos que la natación ofrece. Además de nadar, Valeria comparte con un gran número de chicas y chicos tardes soleadas, meriendas abundantes y amores de verano, que al finalizar el trimestre quedan en el olvido, así como también discusiones que se extienden hasta el anochecer a cerca del trabajo realizado por sus padres.

En Tiempo Libre las actividades están coordinadas por un profesor de Educación Física, quien pone todo su esfuerzo, capacidad y paciencia al servicio de los concurrentes. Una tarde el profesor reunió, por edades, a los chicos y les propuso hacer una actividad, una prueba de destreza donde formados en grupo de 3 tendrían que pasar una serie de obstáculos, recorrer un circuito y luego volver y pasarle la posta al compañero que seguía en la cola; cuando el profesor hubo acabado de explicar con el dedo índice el recorrido Valeria observó que en el piso se posaba un grupo de 6 cubiertas de auto, busco dentro de su mente donde había visto esta misma imagen y cuando encontró la respuesta se dirigió al profesor preguntando “¿Profesor cuando llegamos al sector de las gomas tenemos que prenderlas fuego?”, el profesor observó detenidamente a Valeria y esperó la sonrisa que no tardó en dibujarse en su cara, confirmando el tinte jocoso de la pregunta.

Valeria, al igual que toda la familia, ha participado siempre de los distintos momentos en la vida laboral de su padre, en los tiempos de alegría y fulgor ha estado presente pero también los malos tragos laborales de su progenitor fueron parte de su crecimiento.

La pregunta de Valeria aunque inocente y chistosa no dejaba de tener reminiscencias de protesta, sabía ella en su interior, y sus compañeros también lo sabían, que el quemar cubiertas de auto se ligaba íntimamente con el trabajo de su padre, o con la falta de él. Un ejemplo que localizó rápidamente, aunque vago en su memoria, fue el del año 2000 cuando con apenas con 8 años ya había vivido una protesta de los trabajadores de medios, en esa oportunidad ella no llegaba a comprender con precisión el motivo por el cual tanta gente se reunía en la calle.

En los momentos de crisis ella asume una postura firme y comprometida en defensa de los intereses de los trabajadores, cree que la mejor manera de defender el puesto laboral es a través de la protesta y la unión de fuerzas, siempre dice que esa es una de las mayores enseñanzas que su familia le ha transmitido, sus lecturas recreativas han influido en su postura y eso, agrega, también es un “legado familiar”.

Cuando el verano concluye Valeria abandona casi por completo la colonia del sindicato, sólo participa de algunos cumpleaños que algunos de sus compañeros puede festejar en ella, o de circunstanciales reuniones a las que su familia asiste; sus entrenamientos de natación se trasladan a algún club con piletas cerradas y las amistades se renuevan al igual que sus noviazgos transitorios; lo que ella no abandona es su constante preocupación y conocimiento a cerca de las circunstancias laborales en las que se encuentra su padre y el resto de los trabajadores mostrando, como pocas personas a esa edad, una gran conciencia.

Nicolás Parada Bengoa

EL QUE SABE Y EL QUE MANDA



El verano se retiraba de la ciudad pero los aires calientes se colaban aún en la redacción del diario La Capital. Corrían los primeros días de mayo y los trabajadores sabían que se avecinaban tiempo nubosos. Gustavo Conti, en su rol de delegado de comisión interna del diario, intuía que los jefes cuyanos estaban comenzando el apriete para con los trabajadores del diario, él ya se lo había hecho saber al resto de sus compañeros, como antecedente tenían el constante desinterés para con el trabajo de los periodistas, y sabían que el apoyo a la nueva ley de medios complicaría la relación, a pesar de esto decidieron de manera unánime aguantar y mantener la unidad; lo que no sabía ni intuía eran los motivos y las consecuencias posteriores.

La redacción del diario La Capital contó siempre con un clima relajado, los periodistas, aunque disconformes en muchos aspectos, siempre han tomado con la mayor responsabilidad posible el oficio de periodista. Saben ellos que muchas veces los jefes editores no son del todo justos, saben ellos que su dedicación y preocupación en post de descubrir lo que se oculta no siempre es reconocida. Una mañana como tantas otras Manuel entró en su puesto de trabajo, la tapa de los diarios, y los principales medios de comunicación dedicaban sus espacios a un solo tema, la aprobación de la ley de El Casamiento Igualitario.

Los periodistas del medio rosarino pocas veces estaban en consonancia con la manera de tratar las noticias y la forma en que los editores elegían cuales eran las notas más importantes y cuáles no lo eran, en este caso no sería la excepción. Manuel había visto en la mayoría de los medios locales como era tratada la noticia, había observado, con su ojo especializado, como los medios hegemónicos trataban desde solo un punto de vista el tema, por lo que consideró oportuno buscar “la otra campana”.

Comenzó a mover sus contactos para poder dar con un actor poco reconocido por su pensamiento y si reconocido por la pena que la iglesia había aplicado sobre él, Manuel intentaba dar, de cualquier modo, con Nicolás Alessio. Este cura cordobés, que está al frente de la Parroquia San Cayetano de Córdoba Capital, se mostró tranquilo en su conciencia por haber respetado el derecho de las personas; Manuel se comunicó con uno de los jefes de redacción y le comentó de la idea pensada. Hacerle una entrevista al cura cordobés significaría dar a la sociedad rosarina una mirada mucho mas profunda sobre un tema candente y puesta desde la óptica de la iglesia.

El editor citó a Manuel en su oficina del diario para discutir acerca del tema, las oficinas de los editores se encuentran en lo alto del edificio emplazado en calle sarmiento, los grandes ventanales permiten el ingreso del ruido ensordecedor del micro-centro rosarino, luego de un saludo cordial y frio Manuel ingresó en la oficina del editor, tomó una bocanada profunda de aire y comenzó a exponer sus razones por las cuales estaba interesado en hacerle la nota a Nicolás Alessio.

Según su punto de vista la entrevista con el cura le daría una mirada fuera del poder hegemónico comunicacional de la ciudad, además pondría de manifiesto la peligrosa contradicción de un cura párroco en contra del tradicional y cerrado punto de vista católico. Luego de varios minutos de exhibición de fundamentos el editor se recostó en su sillón, se llevó la mano al mentón y luego de cavilar un instante dijo “a la sociedad no le interesa tanto la palabra de un cura que está en contra de la opinión de la iglesia, es mas creo que todo lo contrario, me parece que en este momento donde las opiniones están divididas no sería bueno romper con el status quo”. Manuel prestaba atención atentamente a las razones de su compañero, escuchaba sin entender los alegatos expuestos en aquella oficina.

Luego de varios minutos de un silencio profundo Manuel atinó a llevar su mano derecha a la cabeza, repaso su blanca cabellera una y otra vez como queriendo que ese movimiento le acomodara las ideas, quiso decir algo pero su impresión lo calló. Observó a su interlocutor, se paró, corrió la silla con el reverso de las piernas y se retiró de la oficina. A la mañana siguiente el diario hablaba de otra cosa.

Nicolás Parada Bengoa